La Semana Santa, una fiesta llena de curiosidad
Año tras año, vivimos esta semana y esta tradicional fiesta disfrutando en buena medida de las vacaciones, celebrando en muchos casos, los ritos que en ella acontecen, o simplemente, la pasamos descansando, que no es poco.
Sin embargo, es una de las fiestas más llenas de tradición y sobre todo, curiosidad. Muchas cosas ocurren en torno a ella, y grandes historias se suceden de ella que hoy día, tras los años, quizá hemos olvidado o incluso desconocido.
Pues hoy, te las contamos, ¡mira!
- La Semana Santa conmemora la Muerte y Resurrección de Jesucristo, celebrada en lo que se llama Triduo Pascual, formado por el Jueves Santo (Última Cena), Viernes Santo (muerte de Jesucristo sobre las 15.00h), Sábado Santo (Jesucristo está en el sepulcro) y Domingo de Resurrección. La fecha de este Triduo Pascual, y por tanto, de la Semana Santa, es variable cada año, ya que se establece por el ciclo de la luna. En el Concilio de Nicea I celebrado en el año 325, se estableció que la Pascua de Resurrección (El Domingo de Resurrección), tenía que ser inmediatamente posterior a la primera luna llena del equinoceo de la primavera. Además no podía coincidir con la pascua judía, y siempre tiene que caer en Domingo. Además, muchas de las fiestas cristianas que le suceden, se sitúan tras esta fecha.
- En la transición del sábado al domingo, la celebración tradicional cristiana, es hacer en la mayoría de las Iglesias, una Vigilia Pascual, en la que se hace una hoguera fuera del templo y de ella los fieles prenden velas para entrar a la Iglesia, simbolizando la luz que ilumina la oscuridad. Esta Vigilia, es una de las más largas de todo el año cristiano. Además, la ceniza que característicamente se impone el ya denominado “miércoles de ceniza” surge de la quema de los ramos del Domingo de Ramos del año anterior.
- Cuenta la historia, que allá por el año 1759, en Málaga, se suspendieron los Pasos de Semana Santa, debido a una epidemia de peste. Algunos reos pidieron poder llevar las imágenes y les negaron la iniciativa. Decidieron escapar de la cárcel, para llevar la imagen, y al volver a esta, se había producido un milagro: La epidemia de Peste, desapareció. Debido a este milagro, cada año, las cofradías piden el indulto de algunos presos.
- Hay algo que año tras año, no suele faltar: La lluvia en Semana Santa. Raro es el año que no llueve al menos un rato o un día durante estas fiestas. Los pensamientos más espirituales dicen que son las lágrimas de los que no pueden ver los pasos, otras veces también se dice que es la tristeza por la muerte de Jesucristo. Los estudios más científicos, nos aclaran que en esta época del año, es más común este tipo de tiempo, al ser los primeros días de la primavera y al ser los días más largos que las noches, aunque en los últimos años, el tiempo parece que nos ha dado una tregua.
- Por supuesto, no hay Semana Santa sin sus típicos dulces y gastronomías: Las torrijas, empapadas en leche y con ese gusto a canela, es un sabor del que no nos podemos privar. Así como el chocolate de los huevos de Pascua, típicos de Domingo de Resurrección y la Mona de Pascua. Menos dulce, pero igual de sabroso es el Potaje de vigilia, típico de todos los viernes de Cuaresma, sustitutivo de la carne de la que debemos tener ayuno. No te quedes con las ganas de probar estos placeres, en Embassy disponemos de ellos.
- Los que deciden irse de vacaciones o salir de sus ciudades de origen, también suelen preferir destinos de playa, pero sobre todo destinos tradicionales que celebran estas fiestas como Sevilla, una de las ciudades con más devoción y gusto por las procesiones, o Madrid.
- Es tradicional en estas fechas, las procesiones. Las ciudades se llenan de gente, devotos, imágenes e incluso lágrimas de aquellos que más lo sienten. También, sobre todo en Andalucía, se llenan de saetas. Un cante de origen bastante incierto e indefinido, unos dicen que proceden de cantos de llamada a la oración de los árabes, o de cantos litúrgicos, también se habla de que en su inicio era un canto de arrepentimiento y penitencia… Será sobre el siglo XIX cuando este cante se haga más popular tal como lo conocemos hoy y se adecue a esta Semana Santa y sus tradicionales pasos, por el tono de lamento, de dureza y de arraigo que tiene, que tan propio es de la Pasión de Cristo. Las saetas han pasado por transformaciones a lo largo de los años, y son características cada una, de su lugar o ciudad de origen.
Deja una respuesta