Embassy: secretos y confidencias del espionaje británico

Si por algo se conoce Embassy, aparte de por su larga trayectoria y su variedad y calidad de productos, es por la cantidad de historias que albergan las paredes de este establecimiento madrileño.

Y es que, Embassy -uno de los salones de té más afamados de la capital fundado en 1931 por la irlandesa Margaret Kearney-Taylor-, fue durante la España de los años 40 un punto de encuentro de numerosos agentes y cooperadores de los servicios de espionaje británicos.

Durante la Segunda Guerra Mundial, Embassy era punto de encuentro de la alta sociedad de la época y, ubicado sólo a dos manzanas de la Embajada Británica, se convirtió en el lugar de encuentro de numerosos agentes y cooperantes secretos de los servicios de inteligencia británicos. El ambiente concurrido del local, situado en la emblemática esquina del Paseo de la Castellana con Ayala, fue sin duda alguna, una de las claves para que Embassy se convirtiera en una de las principales redes de evasión humanitarias de la época.

Así lo plasmó Patricia Martínez de Vicente, en la obra La Clave Embassy, publicada en 2010. Su padre, el doctor Eduardo Martínez Alonso, rescató a miles de perseguidos por el nazismo, indocumentados, apátridas y judíos, expidiéndoles certificados médicos falsos, creando rutas de evacuación e incluso acogiendo a los fugitivos en su propia casa.

¿Quién podría imaginarse que esta fuga humanitaria estaba ocurriendo en un lugar como Embassy? La clientela, continuaba con sus quehaceres habituales: conversaban y tomaban el té sin percibir el más mínimo detalle de lo que realmente se estaba fraguando en la trastienda del local que la alta sociedad madrileña frecuentaba.

Tantos años después, asombra descubrir que nadie sabía por aquel entonces que Margarita Taylor acogía en su propio establecimiento a los aliados, salvando sus vidas y ayudándoles a ser evacuados gracias a su valiente y generosa aportación. Y es que, Embassy siempre ha sido mucho más que un salón de té…