Cómo preparar un café delicioso
¿Sabías que la primera planta de café tuvo su origen en el cuerno de África? Obtiene su nombre del arbusto del que se obtiene su fruto, denominado cafeto, por la ciudad etíope de la que procede: Caffa. Se dice que esta bebida estimulante comenzó a prepararse por las antiguas tribus nativas, y surgió como resultado de mezclar las bayas molidas de la planta del café con grasa animal formando pequeñas bolas, utilizadas para dotar de fuerza y energía a los guerreros africanos.
Corren leyendas que atribuyen su descubrimiento a diferentes personalidades y dotan a este fruto de una reputación mística y exótica, asociada con curas y doctores.
En primer lugar, se dice que un pastor llamado Kaldi comenzó a notar un comportamiento extraño en sus cabras cuando éstas ingerían los frutos de cierto arbusto silvestre. Los animales daban saltos sin parar y sus movimientos revelaban gran energía y excitación. Kaldi, movido por la curiosidad, decidió probar estas frutas y notó por sí mismo como su energía se incrementaba.
Tras su descubrimiento, acudió a un monasterio con algunas ramas y frutos del arbusto para comentarle al Abad la historia de las cabras y cómo se había sentido él tras consumir las hojas, y éste decidió probar a cocinarlas para ver que surgía del experimento. Pero el resultado fue una bebida amarga que él tiró al fuego, lo que provocó que las frutas comenzasen a hervir y el grano que tenían en su interior diese lugar a un aroma delicioso, llevando al Abad a replantear su idea y basar la bebida en los granos de café tostado.
Otro mito es el protagonizado por un musulmán condenado por sus enemigos a vagar por el desierto. Cuando éste comenzó a delirar le pareció escuchar a un hombre que le ordenaba consumir el fruto de un árbol próximo. Tras la imposibilidad de ablandar con agua los granos, se bebió el líquido, obteniendo así una energía revigorizante que interpretó como un signo de Alá en ayuda a su supervivencia. Por ello, volvió con su gente a proclamar su fe y la milagrosa receta.
¿Cómo preparar el café de la mejor forma?
Salvador Sans, toda una institución entre los cafeteros, además de maestro tostador y propietario de Cafés el Magnífico, afirma que para obtener toda una delicia de taza, es más importante un buen molido del grano que la propia cafetera. Además, nos cuenta cuatro formas diferentes de prepararlo:
Cafetera italiana o moka. Café sabroso e intenso.
La cafetera por excelencia. Al poner el café molido en el filtro es importante nivelar la superficie. El proceso de infusión dura alrededor de cinco minutos y se debe poner a fuego lento o medio, sin embargo, hay que apagar el fuego antes para evitar que el grano se queme. Un truco para obtener un mejor sabor es calentar un café que no vayamos a consumir el día que compramos la cafetera, enjuagarla bien al día siguiente y comenzar a disfrutar de vuestra bebida favorita.
Cafetera de filtro. Café suave, con sabor y aroma.
Cada vez más usual, requiere entre 8 y 10 gramos de café por taza. Es aconsejable humedecer el filtro de papel para eliminar el sabor a celulosa. La temperatura del agua que rocía el café debe oscilar entre los 92 y los 96 ⁰ C y debe repartirse por la mayor parte de la superficie del café. El tiempo de infusión no debe superar los 8 minutos por litro de café. Si vamos a consumirlo pasados más de 15 minutos tras su preparación es aconsejable conservarlo en un termo para que conserve su sabor y aroma originales.
Cafetera de émbolo. Café suave, aromático y ligero.
También conocidas con el nombre de french press, este tipo de cafeteras son manejables y fáciles de usar. Basa su sistema en la inmersión, y su funcionamiento consiste en añadir 8 granos de café aproximadamente por taza, y calentar entre 92 y 96 ⁰ C. A continuación se debe remover y dejar un máximo de 4 minutos antes de bajar el émbolo y dejar pasar la infusión. Es esencial servir inmediatamente o pasar a otro recipiente para que no se sobreinfusione.
Cafetera expresso. Café concentrado e intenso.
Cada vez encontramos más cafeteras de este tipo para tener en nuestro hogar, con o sin molinillo incluido. Este sistema es el más complicado de utilizar ya que ejerce una gran presión sobre el café, por lo que se debe tener mucho cuidado para que no se queme ni quede muy aguado. Es muy importante utilizar un punto de molido fino y unos 8 gramos por taza, que debemos nivelar y modular previamente a colocar el portafiltros en la cafetera. La cafetera ha de estar muy caliente antes de utilizarla, así como las tazas, para no perder temperatura.
En Embassy preparamos el café con mucho mimo, teniendo especial cuidado en que el sabor y aroma del café quede conservado en cada taza, para que disfrutes de este delicioso fruto tostado. Acompaña tu taza con uno de nuestros exquisitos dulces, ¡te va a encantar!
Y a ti, ¿cómo te gusta preparar el café?
Fuente: La Vanguardia
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