Champagne rosé Veuve Clicquot y Ruinart
Se acerca San Valentín y no se nos ocurre una forma mejor para celebrarlo que con un buen champagne. En esta ocasión te proponemos champagne rosé, para que incluso su color esté acorde con este día tan especial.
Numerosas recetas y exquisiteces de la cocina francesa fueron descubiertas por casualidad, como la Tarta Tatin, fruto de un error de la cocinera Stéphanie Tatin, quien, por un despiste, hizo que se cocinaran las manzanas más de la cuenta y, para no desperdiciarlas, puso la pasta encima, creando así esta famosísima tarta.
El champagne rosé tiene un origen parecido. En ocasiones, la uva estaba demasiado madura o el mosto quedaba demasiado tiempo en contacto con la piel, dando ese color rosado, tan valorado hoy en día.
En un principio, los responsables de la producción eran recriminados por ese grave error y el champagne rosado desechado, hasta que un bodeguero decidió comercializarlo en locales nocturnos con poca luz, donde la gente no pudiera percatarse de su color.
Sin embargo, su exquisito sabor llevó a esta variedad de champagne hasta lo más alto y, a principios del siglo XX, pasó a ser uno de los champagnes más cotizados y orgullo de las mejores firmas de champagne.
La casa Veuve Clicquot fue la primera en comercializar el champagne rosado, allá por el año 1775. El Veuve Clicquot Rosé ofrece lo mejor del champagne clásico, añadiéndole un toque exquisito y afrutado.
El champagne Veuve Clicquot Rosé no es el único que se caracteriza por su color rosado. La casa Ruinart dispone de su Ruinart Rosé, un champagne refinado y elegante. Al igual que el Veuve Clicquot Rosé, es un champagne ligero, con sabor afrutado.
El Ruinart Rosé no es el único champagne rosado que comercializa la casa Ruinart. En homenaje al inspirador de la Maison, nació en 1959 Dom Ruinart Rosé, un champagne rosado caracterizado por su frescor y su alta calidad.
Esperamos que estas variedades de delicioso champagne rosado te ayuden a hacer de tu San Valentín un día muy especial.
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